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La precariedad
laboral, es decir, los bajos salarios o el empleo de naturaleza temporal, está
cambiando una de las características tradicionales del mercado inmobiliario
español desde el final de la guerra: el régimen de tenencia de la vivienda en favor de la
propiedad frente al alquiler También influyen los nuevos hábitos
sociales y profesionales que hacen más atractivo el arrendamiento que la
compra, lo que facilita la movilidad laboral. O, incluso, la reducción de las
ayudas fiscales para la adquisición de vivienda, que se viene produciendo desde
hace años ¿El resultado? El 75,9% de los hogares vivía en una vivienda en
propiedad en 2017, el porcentaje más bajo desde mediados de los años ochenta. O
el 76,2% si se tienen en cuenta los ultimo datos, que se refieren a 2019.
Esta es una de las conclusiones de la última encuesta financiera de familias
(EFF) que elabora con carácter trianual el Banco de España, y que es uno de los
trabajos estadísticos más completos de que disponen los investigadores para
conocer la realidad económica de los hogares.
Y
lo que dice esa encuesta es que, desde la anterior crisis económica, el régimen de propiedad pierde peso.
Si en 2008 el 82,7% de los hogares vivía en una vivienda en propiedad, seis
años más tarde ese porcentaje había pasado al 80,4%, aunque el salto más
pronunciado hacia abajo se ha producido entre 2014 y 2017, con una caída de nada menos que 4,5 puntos,
la mayor registrada en las series históricas en tan corto periodo de tiempo.
Respecto de 2001, al comienzo de la introducción del euro, la caída es de nada
menos que casi 10 puntos.
Esto
hace que España se vaya acercando a la media de la Unión Europea en
porcentaje de vivienda en propiedad, que se sitúa en el 69%. En la parte baja,
continúa destacando Alemania, donde solo el 51% de la vivienda principal se
encuentra en régimen de propiedad, mientras que en la parte de arriba están los
países del Este, donde en algunos casos se supera el 90% (Rumanía).
La
encuesta, en concreto, refleja que el porcentaje de hogares que son
propietarios de su vivienda principal es mayor a medida que aumenta la renta,
mientras que por edad alcanza su nivel máximo en el caso de los hogares cuyo cabeza
de familia tiene entre 65 y 74 años. Es decir, los que compraron el piso en que habitan hace años. Para los hogares
que son propietarios de su vivienda principal, el valor mediano es de 120.200
euros. Este valor crece a medida que aumenta la renta y es más elevado para los
hogares con cabeza de familia de entre 55 y 64 años (132.000 euros).
A
destacar otra de las características históricas del mercado inmobiliario
español en relación con la riqueza de las familias. El 45% de los hogares son
propietarios de activos inmobiliarios que no son su vivienda principal. Más
concretamente, como recuerda el Banco de España, un 31,9% posee una vivienda
que no es su vivienda principal, seguido, por orden de importancia, de un 13,8%
que posee solares y fincas. Estas propiedades son, en general, segundas
residencias que están una buena
parte del año deshabitadas.
Estas
proporciones aumento de la renta, y lo
que sorprende a los autores de la encuesta es que, incluso en la parte inferior
de la distribución de la renta, se observa un porcentaje considerable de
hogares que poseen activos inmobiliarios distintos de su vivienda principal
(27,2%). Por edad, el mayor porcentaje de hogares en posesión de otras
propiedades inmobiliarias se observa en hogares cuyo cabeza de familia tiene
entre 65 y 74 años.
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